La limpieza en casa debe ser una constante. Ácaros, bacterias, pequeños insectos, larvas… La lucha contra este tipo de seres vivos ha de ser una tarea continuada en la vivienda tanto en las habitaciones húmedas –como cocina o baños, donde el moho se reproduce con mayor facilidad– como en las secas –dormitorios y salón–. Estas precauciones de higiene han de extremarse en situaciones como las que estamos atravesando, poniendo el foco en la prevención contra el coronavirus.
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Desde AEDAS Homes te hacemos llegar algunas recomendaciones de limpieza y desinfección en viviendas sin personas afectadas por coronavirus de cara al #QuédateEnCasa. En caso de que haya algún enfermo en la casa, te animamos a consultar las medidas propuestas por la Comunidad de Madrid en el vídeo a continuación.
Limpiar no es desinfectar
Antes de nada debe quedar clara la diferencia entre limpiar y desinfectar. Por ejemplo, limpiar el polvo con un paño húmedo no elimina los microorganismos, por lo que no se desinfectaría la zona tratada. Para desinfectar se puede emplear alcohol o lejía sin detergente, siendo lo ideal que la desinfección se produzca después de haber limpiado.
Puntos clave para la higienización
Los baños y las cocinas son grandes focos de contaminación. Se producen humos y humedades que facilitan la aparición de, por ejemplo, el tan nocivo y conocido moho. Para higienizarlos, utilizar lejía o amoniaco resulta una excelente opción, pero recuerda que nunca se deben mezclar ambos productos porque pueden resultar mortales.
La lejía incluye entre sus compuestos el hipoclorito de sodio que, al entrar en contacto con el gas del amoniaco, genera cloramina. Este elemento reacciona con el agua del organismo provocando ácido clorhídrico y radicales libres, ambos muy tóxicos. Si la estancia limpiada está ventilada, se irritarán los ojos y se tendrá tos. Sin embargo, si es un lugar cerrado, las consecuencias de la exposición continuada a la cloramina pueden resultar letales. Por favor, recuerda no mezclar nunca lejía y amoniaco.
Cuidado con las superficies no porosas
El coronavirus tiende a propagarse con más facilidad sobre las superficies lisas no porosas. Así, su contagio a través de pomos de puertas, botones de ascensor, barandillas de escaleras o teléfonos móviles es más sencillo. En las superficies con poros, como la tela o el papel, el virus queda ‘atrapado’ en los agujeros del material y su propagación es algo más complicada –pero no imposible–.
Presta mucha atención a la desinfección de móviles, tablets, telefonillos, picaportes, interruptores, teclados de ordenador o mandos de televisión. Son artículos de fácil propagación que, además, suelen estar a disposición de varias personas a la vez.
¿Qué hacer con los textiles?
Si bien es cierto que los textiles del hogar son superficies porosas, por supuesto no hay que olvidar su desinfección. Para limpiar los sofás de piel lo mejor es utilizar una bayeta impregnada en desinfectante para pieles y realizar esta tarea dos veces por semana –en caso de que haya mascotas en casa, convendría aumentar la frecuencia–. Si el sofá es de tela y tiene funda, retirarla y lavarla en la lavadora con desinfectante textil es lo mejor.
En cuanto al resto de textiles, como toallas, cortinas o sábanas, se pueden lavar a alta temperatura –respetando los límites reflejados en las etiquetas– utilizando productos que se incorporan a la lavadora y actúan como desinfectantes. Siempre puedes añadir un poco de lejía en la colada siguiendo las indicaciones del fabricante y teniendo en cuenta que este producto es destiñe las prendas de color.