Las viviendas industrializadas de obra nueva suponen una forma diferente de construir las casas –se montan en una fábrica y luego se transportan a su lugar de implantación– que aporta importantes ventajas a los futuros compradores. Por un lado, los plazos de entrega son mucho menores que los que baraja la edificación tradicional y, por otro, la calidad de ejecución de estos proyectos es superior.
Para explicar la razón por la que las viviendas industrializadas –también llamadas offsite (OS), por construirse fuera del lugar de ubicación– acumulan grandes beneficios para los clientes, el arquitecto Carlos Lamela detalla los principales puntos a favor. “Las viviendas industrializadas tienen grandes ventajas. La primera es que su ejecución es en fábricas, en lugares cerrados acondicionados para fabricar con la tecnología necesaria y suficiente, y con un grado de ejecución mucho más alto –entre otras cosas, porque el personal normalmente suele ser más cualificado–”, cuenta uno de los arquitectos más laureados de España.
“La segunda ventaja importante es que, como lo tienes todo mucho más controlado, puedes asegurar el plazo y la calidad. No estás expuesto a los inconvenientes de la climatología u otros muchos”. Y es que, con las viviendas industrializadas, el plazo de entrega de estas casas de obra nueva puede reducirse hasta la mitad.
No son ‘cajas de zapatos’
Lamela firma una de las promociones de obra nueva de viviendas industrializadas que AEDAS Homes va a sacar al mercado y ha tenido muy en cuenta la estética del proyecto. Lejos de que las viviendas offsite tengan una apariencia de ‘caja de zapatos’, el arquitecto asegura que los diseños más complejos y vanguardistas solo pueden ejecutarse a la perfección recurriendo a la construcción en fábrica.
“Una vivienda industrializada puede ser en su forma tan novedosa y tan singular que cualquier otra. Nosotros hemos hecho algún proyecto ya construido que, cuando decimos que son módulos industrializados, la gente no se lo cree porque no le parece, no ve las juntas, no tiene esa sensación de repetición. Es una arquitectura totalmente flexible, novedosa, singular”, asegura.
Impulsar la industrialización: por qué ahora
Aunque Carlos Lamela recuerda que la industrialización lleva un recorrido de muchos años y una gran experiencia en los países nórdicos, el arquitecto también cree que en España ha llegado el momento de hacer hueco a esta ventajosa manera de construir obra nueva. “Somos uno de los países donde el desarrollo inmobiliario tiene más importancia, hemos pasado una crisis importante que ha trazado una línea entre la filosofía anterior y la posterior, ha llegado gente nueva, nuevos gestores más jóvenes con otros objetivos, otros retos, y ya se ha visto con claridad que, igual que en la industria de la automoción el coche eléctrico es el futuro, aquí la industrialización va a ser el futuro”, dice el experto.
Además, Lamela anima a vencer los ‘miedos’ que puedan generarse ante una forma de construir diferente. “Esto es como cuando los aviones eran de hélice y salieron los primeros reactores. Imagino que los primeros pasajeros se montarían en el avión, mirarían al motor y dirían: ‘¡Anda, pero si no tiene hélice! Uy, madre, a ver esto qué pasa’. Y luego se dieron cuenta que los reactores tardaban la mitad, era mucho menos ruidoso, estaban presurizados… ‘Pero si esto es una maravilla’. Pues con esto va a pasar igual.”
“La vivienda industrializada está en un momento en que ya nadie que se compre una vivienda industrializada va a ser conejillo de indias. Ya están suficientemente testeadas, revisadas”, explica este premiado arquitecto. “Yo creo que hoy por hoy existe una industria suficientemente madura para que el comprador no tenga ningún problema, al revés: el comprador luego presumirá de su casa industrializada”, sentencia en una firme apuesta por la línea de viviendas de obra nueva industrializadas que ha puesto en marcha AEDAS Homes.