¿Por qué se distingue el estilo griego en la decoración?
La decoración de casas en estilo griego comparte ciertos detalles con la mayoría de decoraciones en los países mediterráneos. El primero es pintar el exterior en blanco para reflejar los rayos del sol y tener el interior más fresco o añadir elementos azules que recuerdan a la importante presencia del mar.
Estas características son, en esencia, las principales del estilo griego en decoración: una combinación de espacios muy iluminados donde predomina el color blanco que se entremezcla con el azul (ambos tonos presentes en la bandera griega). El azul puede cambiar su tono dependiendo de las sensaciones que queramos crear. Es decir, en el interior se pueden usar tonos suaves para habitaciones como el dormitorio y, en el exterior, azules más intensos para la puerta, para los maderos de la pérgola o para las contraventanas si las hay.
La combinación de azul y blanco llevada al extremo en lugares como Santorini ofrece al visitante un espectáculo para los sentidos al observar pueblos completamente blancos con pequeñas cúpulas azules que pertenecen a iglesias ortodoxas.
Las claves para conseguir el estilo griego en decoración
La clave más importante es mantenerlo simple, no es complicado decorar cualquier estancia en estilo griego. Se necesita mucha cal o pintura blanca y algún tono (o varios) de azul para muebles, ventanas, puertas y demás elementos que no sean paredes o techos. Si, por ejemplo, en la estancia ya existían vigas de madera para el techo, se pueden dejar tal cual o acondicionarse con una capa de barniz para que tengan mejor aspecto, a diferencia de las exteriores que sí pueden pintarse en azul.
Por último, no olvides que las alfombras para el suelo son bienvenidas, al igual que la vegetación que quieras añadir. En síntesis: azul, blanco, luz y sencillez son las claves del estilo griego en decoración.